La cancha es la calle
Fenómenos tan dispares como la inmigración, la crisis, la organización de los Juegos Olímpicos y la moda del ‘urban fitness’ impulsan la práctica de deporte al aire libre
Microfibra, lycra, espejos. Sobre la bicicleta estática, celebridades
rosas debaten en el televisor. En las pesas unos musculosos marcan
bíceps; mientras, unas señoras de posibles comentan las vacaciones en la
Rivera maya. De fondo suena algo que emula a la música. Los
triglicéridos pueden matar, pero hay cosas peores.
Septiembre es el momento, entre otros felices avatares, del rencuentro con el gimnasio. Este año la subida del IVA (los centros deportivos pasan de tributar el 8% al 21%) alimenta la munición de los escépticos con la idea de que es genial correr como un hámster sobre una cinta. Para los que creen en las bondades del deporte pero odian el spinning, la ciudad aporta muchas alternativas. No solo calles para patinar.
Septiembre es el momento, entre otros felices avatares, del rencuentro con el gimnasio. Este año la subida del IVA (los centros deportivos pasan de tributar el 8% al 21%) alimenta la munición de los escépticos con la idea de que es genial correr como un hámster sobre una cinta. Para los que creen en las bondades del deporte pero odian el spinning, la ciudad aporta muchas alternativas. No solo calles para patinar.